Corría el año 2009, y yo acababa de entrar a estudiar informática. Venía con la mente puesta en enfrentar matemáticas, porque me decían que esa era la parte más difícil de la carrera. Y vaya que sufrí con esos ramos, pero nada me había preparado para el choque cultural que fue mi primer curso de programación. Todo para mí era literalmente otro idioma: funciones, variables, loops… ¡un caos!
Al terminar la carrera, en 2017, lo único que sabía con certeza era que programar sería el eje central de mi trabajo. Así que busqué oportunidades relacionadas con el desarrollo de software. Pero aquí va la pregunta:
¿Ya existía el término DevOps en esa época?
Spoiler: Sí existía. Pero en mi realidad, en Chile, ni siquiera lo había escuchado. No aparecía en ofertas de empleo ni en conversaciones técnicas. Sin embargo, hoy en día el rol de un ingeniero DevOps es fundamental. ¿Por qué? Porque representa la evolución necesaria para superar las barreras que existían entre dos mundos que parecían condenados a chocar: desarrollo y operaciones.
El origen del conflicto: desarrollo vs. operaciones ⚔️
Imagínate esto: por un lado, tienes al equipo de desarrollo, enfocado en construir aplicaciones y agregar funcionalidades lo más rápido posible para cumplir con los requerimientos del cliente. Por otro lado, tienes al equipo de operaciones, cuya prioridad es mantener la estabilidad y el buen funcionamiento de la infraestructura donde vive esa aplicación.
Antiguamente, estos equipos trabajaban en silos. La comunicación era mínima. Desarrollo terminaba su trabajo y entregaba un informe con especificaciones, mientras operaciones se encargaba de construir la “casa estable” donde viviría el software.
¿El problema? El usuario final siempre tiene nuevas demandas: actualizaciones, mejoras, funcionalidades inéditas. Entonces, desarrollo comenzaba a hacer cambios constantes. Pero operaciones, obsesionado con la estabilidad, veía cómo la “casa” empezaba a desordenarse y, en el peor de los casos, a desmoronarse.
El resultado: tensión, errores y ciclos eternos de frustración.

La solución: DevOps ?
DevOps surge como un puente para unir estos dos mundos. No es solo un rol ni un equipo; es una cultura y una metodología que combina prácticas, herramientas y procesos diseñados para que desarrollo y operaciones trabajen juntos desde el inicio hasta el final del ciclo de vida del software.
Esta cultura no solo promueve la colaboración, sino que también integra a los equipos de calidad y seguridad, dando lugar al concepto de DevSecOps. Con esta integración, los equipos pueden responder mejor y más rápido a las necesidades del cliente, entregando productos de alta calidad en menos tiempo.
¿Por qué DevOps es importante? ?
Adoptar DevOps transforma la forma en que las empresas desarrollan, implementan y mantienen aplicaciones. Aquí tienes algunas de sus principales ventajas:
- Velocidad: Permite ciclos de desarrollo más rápidos, lo que facilita la innovación y la adaptación al mercado.
- Entrega rápida: Herramientas como la entrega continua automatizan procesos, agilizan la solución de bugs y mejoran el producto constantemente.
- Confianza: Al monitorear y probar de forma continua, se garantiza la calidad del software y la satisfacción del cliente.
- Escalabilidad: Prácticas como infraestructura como código (IaC) permiten escalar de manera segura y eficiente.
- Colaboración y aprendizaje: Los equipos trabajan en conjunto, aprenden de los errores y construyen mejores soluciones.
- Seguridad: DevOps evoluciona a DevSecOps, integrando controles automáticos de seguridad desde el principio.
Prácticas clave de DevOps
Para entender mejor DevOps, es importante conocer sus principales prácticas:
- Integración Continua (CI): Los desarrolladores combinan su código en un repositorio central, donde se ejecutan pruebas y validaciones automáticas.
- Entrega Continua (CD): Los cambios en el código se prueban y despliegan automáticamente en entornos de producción.
- Infraestructura como Código (IaC): Se define la infraestructura mediante código, facilitando la automatización y el escalado.
- Monitoreo: Se registran métricas de aplicaciones e infraestructura para identificar problemas y optimizar el rendimiento.
En resumen
DevOps no es solo un conjunto de herramientas o prácticas; es una forma de trabajar que promueve la colaboración, la innovación y la entrega de software de alta calidad. Es un ciclo continuo, iterativo e infinito que conecta a todos los involucrados en el desarrollo de una aplicación, desde la idea inicial hasta el usuario final.
¿Y tú? ¿Estás listo para abrazar la cultura DevOps y transformar la forma en que creas y entregas software?
Fuentes:
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